Diez

    Vos sos un flaco común. Algunas cosas hacés bien y muchas otras mal. Pero como tu mundito es chiquito, no repercuten más allá de tus paredes.
    Imaginate ahora que sos bueno en tu trabajo. Muy bueno. Tanto que sos el mejor... de tu cuadra, ponele. Tus vecinos lo saben. Vos lo sabés.
    Y cuando te bajás del colectivo, al doblar la esquina, inflás el pecho por si alguien te está mirando. Y no te vayas a tropezar, o a pisar un sorete. Porque vos te ganaste una reputación que no merece ser desperdiciada en un segundo.
    Ahora ampliá un poco el espectro e imaginate que sos el Nº 1 en todo tu barrio. Que orgullo, no? Todos los ojos mirándote a tal punto que puede llegar a presionarte. Pero bueno, de última, si no te gusta, te mudás.
    Si te da la cabeza, ahora, exagerá y pensá que tu supremacía es en la provincia... o mejor, en todo el país... y bueno, ya que estamos, en el mundo.
    Lo podrías manejar? Cómo esquivás esas miradas ansiosas de que pises un sorete? Difícil, no?
    Imaginate que sos Diego Maradona.