<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15072090\x26blogName\x3dSIN+SITE\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://sinsite.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_AR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://sinsite.blogspot.com/\x26vt\x3d1509012716353188866', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

16.7.07

Reinvindicación de no pertenecer

    Mientras las actividades se multiplican, los diferentes ámbitos en los que nos movemos se van apoderando de nosotros y, casi sin darnos cuenta, comenzamos a pertenecer.
    En ocasiones nos sentimos cómodos en esa posición, ya que esa pertenencia nos da la contención necesaria para desenvolvernos con soltura. Se va desarrollando tan naturalmente al punto de que a veces sólo nos damos cuenta cuando NO pertenecemos a algún lado.
    A veces (muchas), en mi caso particular, ese exceso de contención puede hacerme sentir encierro, y la comodidad se convierte en una especie de claustrofobia. Sin embargo, son pocas las ocasiones en que se puede salir ileso.
 
    Pertenecer y estar es bueno.
    No pertenecer y estar, como mínimo es incómodo.
    No pertenecer y lograr salir es fabuloso.