<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15072090\x26blogName\x3dSIN+SITE\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://sinsite.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_AR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://sinsite.blogspot.com/\x26vt\x3d1509012716353188866', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

13.4.07

Noche de paz

    Yo lo vi.
    Volvió Sumo.
    Ricardo + Diego + Germán + Alejandro + Roberto + Superman. Todos arriba del mismo escenario.
    Seguro que Luca andaba por ahí.

   

12.4.07

Strawberry fields forever

    Cuando era chico, todas las viejas que visitaban a mi abuela eran "la tía... ". Tendría alrededor de diez años cuando se murió la tía Flora. Ella venía una o dos veces al año. No sé de dónde, supongo que del campo. Tampoco me acuerdo mucho de su cara. Lo que la caracterizaba era que siempre, sin importar la época del año de la visita, traía frutillas.
    Con el tiempo, elegí dejarlas como las mejores que haya comido en mi vida y hoy, cualquier plato debe destronar al campeón. Cosa improbable que suceda. Aquellas frutillas de Flora, supongo que serían muy buenas, si. Además eran saboreadas después de meses de espera. Y lo principal es que ese recuerdo se fue mejorando con el paso del tiempo.
    Hoy, un vuelto en mi billetera sirve para un par de kilos en la verdularía de la esquina. Pero nunca, NUNCA, van a empardar a las que se llevó la vieja a la tumba.
 
   
    Hay amores añejos que quedaron en el recuerdo como los mejores. Será cuestión de empezar a encontrarle el gustito a los de la esquina.