El Paquete
La nena abría el paquete con entusiasmo. Imaginaba el contenido.
Al romper el papel, su cara se transformó en desilusión.
- No mami. Éste no es el que quería - dijo con la inocencia característica de sus tres años. Y lo dejó a un lado.
Algunos encaramos la vida con entusiasmo. Imaginamos que nos deparará cosas buenas.
Pero el lento desgarrar de un papel de regalo imaginario nos va mostrando un contenido que decepciona.
A diferencia de esa nenita, nosotros no somos inocentes. Y tampoco tenemos ante quién quejarnos.
Cuesta reconocerlo. Pero esta no es la vida que quise tener.